sábado, 28 de junio de 2008

Barcelona: Limbo

Haciendo un repaso culinario de estos 5 meses en Barcelona, uno de los mejores recuerdos que tengo es una cena en el restaurante Limbo, en la parte más cercana al mar del Barrio Gótico.

Para innovar un poco en mi habitual fijación por la comida, escribiré un poco sobre el ambiente del Limbo. Porque cada vez más soy consciente que cuando la gente va a comer fuera de casa no lo hace sólo por una buena comida, si no que a la gente le encanta mucho el entorno en el que comen (lo cual justifica que haya tantos restaurantes de diseño llenos). El Limbo es una combinación peculiar: un local realmente espectácular (el bajo de una casa medieval con la piedra y el ladrillo a la vista), una ambientación sombría y tranquila, y (lo que más me sorprende) una sala que nunca he visto llena de todo. Lo de la falta de luz y el silencio, no lo veo en nada negativo, todo lo contrario. Y en cuanto a el hecho que nunca parezca llenarse, este tipo de cosas me hacen desconfiar: buena cocina suele significar mesas llenas ¿no? Para mi tranquilidad, ya lleva abierto más de tres años, así que algo tiene que tener...

Y en mi opinión lo tiene. Voy a pasar completamente de relatar el menú. Voy directo al plato que me dejó impresionado. En el menú tienen un pescado salvaje con reducción de vermut Yzaguirre, que por error no pedí, pero si uno de mis compañeros de mesa. Ese día el pescado era rodaballo. Bueno, el plato me pareció todo un logro. Especialmente por la salsa. La salsa era toda una fiesta de especias y sabores punzantes, que para nada enmascaraba el sabor del pescado. Y con este toque divertido (aunque no se le notaba especialmente del vermut).


Restaurante Limbo (Barcelona) : Rodaballo con Salsa de Vermut Yzaguirre / Bacalao ¿a la Llauna? / Timbal de Verduras
Rodaballo con Salsa de Vermut Yzaguirre/Bacalao ¿a la Llauna?/Timbal de Verduras


Para compensar un poco mi entusiasmo, el plato que escogí yo (Bacalao a la Llauna con ¿mahonesa de mango?) ya no me parecía tan especial (el bacalao demasiado hecho para mi punto, y aunque sea tradicional en este plato combinarlo con alubias, no creo que sean el mejor acompañamiento del plato). De hecho yo no lo recomendaría.

Así que un sobresaliente y un suspenso (eso sí justo). Las otras notas son unos primeros realmente buenos: un timbal de verduras (con una base de pasta filo) y una ensalada de rúcola. El timbal aún por sencillo no dejó de despertar admiración entre los comensales. A mi también me llamó la atención en la ensalada, las pequeñas y crujientes virutas de jamón que lo adornaban. ¿Como lo conseguiría el cocinero?

No quiero dejar de comentar (contra los prejuicios contra los restaurantes modernetes) que el Limbo no tiene unas raciones adecuadas (de hecho compartimos 2 primeros entre 3 personas y fue más que suficiente). Así que sin ser económico, la verdad es que considero que tiene un precio no muy exagerado para la calidad que ofrece (en una ciudad cara como Barcelona). Nuestra cena para 3 personas, con vino blanco catalán y postre nos salió por 40? por cabeza).

Resumen, a mi me pareció muy recomendable y con este encanto añadido de su tranquilidad.

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