sábado, 25 de abril de 2009

Meson Orensano

Tengo un recuerdo divertido de cuando nos dedicamos a investigar la mejor hamburguesa de Madrid. Estábamos delante de la Hamburguesería Donoso, y oímos el comentario de unos transeúntes: Estamos delante de un templo. (Nos reímos un rato del exagerado, pero respetamos al "Donoso", que no está nada mal). Bueno, pues podría apropiarme de la frase y decir de esta foto: estáis ante la puerta de un templo. (También me merecería unas carcajadas por haberme pasado un rato).

Ya hace un par de años que debería haber escrito algo sobre el Mesón Orensano,  que es toda un institución en Vigo. Pero le quería dejar la exclusiva a De Pinchos (aún así tiene que acercarse por Vigo y escribir sobre el sitio, porque es para contar). Y por otro lado estoy por desmarcame de toda esta cultura del pincho gratis (que se está asentando en Vigo).

En cualquier caso ni falta hace que hablemos en Laconada del Mesón Orensano. Hay información a patadas en Internet para todo el mundo. Si buscas en Google Maps te encuentras con comentarios extasiados. Me permito citar uno: "The best place to experience the authentic Spanish experience. Great tapas, great food and awesome company in this typically small Spanish bar/restaurant." ¡Ahi queda! Esta descripción tan internacional ha calado entre los Eramus que vienen a la Universidad de Vigo, que suelen estar cenando en el sitio día si y día también. De todas formas la mejor descripción que hay en la red sobre el Orensano es: Karate a Muerte en el Bodegón del Orensano. (Aunque no acertó en el "nombre oficial" del sitio).

Pero sí que debemos hacerlo porque me he dado cuenta que cuando hay alguna visita de alguno de los corresponsales de Laconada a Vigo, siempre los llevo al Orensano. Y nos han tratado de manera excelente, así que toca devolver la cortesía. Antes de arrancar: tanta es la fama en Vigo del Mesón Orensano que todas las noches está de bote en bote. Y en un ambiente muy ruidoso. Así que ya sabeis lo que os espera. (Por eso yo lo prefiero para ir a la hora del vermut, o a media tarde en la happy-hour).

Lo sorprendente y mágico del Orensano, es que a pesar de lo tumultuoso que se ha vuelto, es que los camareros son todo un encanto y te hacen sentirte como de la familia. Y a pesar del éxito que tienen, en vez de aprovecharse del cliente, se esfuerzan en el pincho: el pincho está recién hecho (en los calientes), tiene detalle (empanada de pulpo y de xoubas, cuando normalmente en el pincho de gratis te toca carne o atún y te fastidias), y es abundante en todos los casos.

Cada cual tendrá su propia historia en el Mesón Orensano. La mía suele comenzar con: zorza con patatas fritas (recien hecha y patatas caseras), empanada, tortilla de patatas, y... como sorpresa jamón asado con chimichurri. Esta es una de las peculiaridades del Orensano: mientras que en cualquier sitio de pinchos tienes que ir pidiendo consumiciones para que no se pare la llegada de tapas, aquí aunque no estes pidiendo constantemente bebidas, te ofrecen generosamente una tapa. (Y nosotros pedimos entonces unas cervezas para poder bajar la ración. ¡claro que sí!).

Meson Orensano (mapa)
Calle Zamora 7,
Vigo

Y para crear un poquitín de polémica: ¿Manolo o Raxo? ¡Ni modo! Mucho mejor la zorza de Mesón Orensano

martes, 21 de abril de 2009

Taberna Doña María Luisa (conexión Vigo-Japón)

Una de estas pequeñas casualidades (que demuestran que para algo vale internet): Hace más de un año escribí sobre una taberna andaluza que hay en Madrid, donde la calle Juan Bravo se cruza con Francisco Silvela (justo donde acaba el Barrio de Salamanca y comienza el Barrio de la Guindalera): Taberna Doña María Luisa

Seguramente no es el mejor restaurante andaluz de Madrid, o tal vez ni siquiera sea un buen restaurante andaluz. Yo sólo puedo decir que sinceramente que me parece que tiene muy buen precio y se come muy bien. De hecho me quedé entusiasmado un día que fui a comer el menú del día y me dieron un fantástico potaje de garbanzos y bacalao y unas malagueñas. De los platos que mejor recuerdo tengo de cuando estuve en Madrid (y eso que he ido a sitios bastante caros y famosetes - habré ido a los equivocados). 

Bueno, pues parece que no hay mucha más gente que haya escrito sobre este restaurante en Internet (así que puedo haber sido yo el único entusiasta). Así que acabó encontrandome Nena (llamemosle así, porque no se cual es su nombre) una Japonesa a la que le gusta mucho visitar a Andalucía y que le gustó la comida que tuvo en Taberna Doña María Luisa. (Yo no hubiera escogido el menú que tomó Nena, yo sigo pensando que lo mejor de este sitio son sus potajes, o el bacalao frito o sus pescados. Pero a ella le gustó, en eso yo ya no puedo decir nada).

sábado, 11 de abril de 2009

Chez Paul (XIII)

Tan cerca y tan lejos: Si bien tenemos tantas cosas en común, para mi, el comer en Francia me sigue pareciendo bastante diferente a hacerlo en España. En pequeños detalles, claro está. Por ejemplo, me sorprende un poco que la mayoría de los restaurantes no abran el fin de semana: el domingo muy pocos, pero el sábado tampoco muchos (al menos en el barrio donde vive mi familia el XIV y el XIII).

Así que no se me ocurrió idea más peregrina que ir a celebrar mi cumpleaños un domingo por la noche: misión bastante díficil. Para ver si había suerte nos acercamos por la Butte Aux Cailles (la colina de las perdices), que es la pequeña zona bohemia y de restaurantes donde se juntan los vecinos del barrio XIII. Por cierto aprovecho para recomendar una visita por la tarde a esta parte de París. Me imagino que la gente ya tiene suficientes atracciones para visitar en París, pero para poder tomarse unas copas o cenar por un precio no exagerado, creo que merece alejarse un poco de las trampas turísticas habituales. La Butte Aux Cailles es una zona hecha para parisinos, con lo que creo que puede tener un interés en la visita. 

Tampoco había demasiados restaurantes abiertos en la Butte,  y alguno de los pocos abiertos estaba lleno a reventar de parisinos que no les apetecía cenar en casa, pero por contra había sitio de sobra en el Chez Paul. Y a mi me dió buena espina así que escogí este. Este es otro restaurante diferente que el Chez Paul de la zona de Bastilla. Aunque sea un poco confuso, sospecho que no hay ninguna relación entre los dos restaurantes (tanta coincidencia de nombre hacía pensar en que esto ya fuese una medio franquicia). 

Porque de estas casualidades en la vida, habiendo tantos restaurantes en París, y quedando tantos por visitar, he comido en los dos Chez Paul. Hace unos 6 o 7 años estaba tremendamente de moda entre los parisinos la zona de Bastilla. Esa zona y el retorno a los bistrot tradicionales. Y en aquella época, Chez Paul  (el de Bastilla) estaba muy en boga. Tanto que a pesar de tener reservado tuvimos que esperar una hora. Si bien ahora con el tiempo me parece un poco excesivo toda aquella locura de pasar apreturas y esperas para comer una Andouillette, una costilla de buey a la saltuétano de hueso a la parrilla (hehe, siguen teniendo estos mismos platos en el menú). Pero la verdad es que aquel día cenamos de maravilla y todos estos platos (aun muy sencillos) nos supieron de gloria (de hecho creo que aquella costilla de buey era de lo mas tierno y sabroso que he comido). 

Cielos, que no entro en materia. A ver, pues voy a hablar del Chez Paul de Butte Aux Cailles. Esa noche tuvimos una cena bastante contundente al más puro estilo bistrot. Porque sin conocerlo demasiado a fondo, estoy descubriendo que a los franceses, cuando van a un bistrot les apetece tomar comida fuerte y grasa (y si es casquería mejor que mejor): gras double (tripa),  andouillette (tripa en tripa), estofado de lengua de buey,... Me gusta que los franceses no se anden con chiquitas. 

Nuestro menú fue un poco más comedido (no había andouillette) pero sólo un poco. Consistió en: cochinadas  (oreja, morro y uña de cerdo en salsa de vino), rollo de cochinillo con salvia, pot-au-feu  (ese primo del cocido español que no lleva cerdo ni legumbres ni repollo ¿en que se parece entonces? ¡En el concepto!) y un codillo de cerdo con lentejas.
Cochoneries: oreja, uña y morro de cerdo gisadas en vinoCochonet au sauge: cochinillo asado en rollo con hojas de salvia y puré de patatas
Clásico Pot-Au-Feu: cocido de carne de buey con patatas, zanahoria y puerroJarrete (codillo) de cerdo con lentejas
Todo creo que estuvo muy bueno (incluyendo el puré de patata - que dicen que es muy bueno en este restaurante), pero destacaría sobre todo el cochinillo con salvia y el codillo con lentejas. No tuvimos que esperar mucho en que llegaran los platos (20 minutos o así, que tampoco es mucho teniendo en cuenta que eran gisos) y estaban todos en su punto. 

Estos 5 platos (además de estos cuatro fotografiados tomamos una ración de foie gras natural muy bueno) y una botella de cahors (apropiado para acompañar este tipo de comida) nos salieron por unos 24€, que no me pareció un precio nada exagerado (teniendo en cuenta que estabamos en París). Así que recomiendo el restaurante si alguien tiene curiosidad en cocina tradicional francesa (con toques del sud-este, de la región del Franco-Condado).

jueves, 9 de abril de 2009

Grelos à Paris

Mecachis, o título xa di demasiado do que vou contar aquí. Así que serei breve no relato (¿serei capaz de ser breve?). Non hai fotos nen nada (deixei a cámara olvidada detrás). A historia comenza mentras eu paseaba polo barrio parisino de Le Kremlin - Bicêtre na periferia de París (nome evocador e curioso onde os haxa para unha localidade francesa, combinación da deformación de 'Winchester' e dunha antiga taberna chamada 'Au sergent du Kremlin'). Un barrio, que como moitos da periferia parisina semella ser maioritariamente magrebí. Pois xusto o domingo era día de mercado, e mentras paseaba polos diferentes postos: pratos preparados asiáticos, cuscús para levar, charcutería e choucrute, frutas e verduras, polos, carne,... Topei cun pequeno tenderete no que vendían algo que parecían talmente grelos. Non so o parecían se non que tiñan un cartel moi claro onde aparecía escrito grelos. Tiñan ben uns 40 kilos de grelos (malo sinal, porque quería dicir que non venderan moito). Deume pena non ter tempo a parar e preguntar se os cultivaron en Francia, se os trouxeron de Galicia ou Portugal, se os señores que os vendían eran Portugueses ou Galegos,... Pero aquí queda coma curiosidade que no mercado de París (no mercado máis perdido de París, neste caso) se pode mercar de todo: ¡ata grelos!

miércoles, 8 de abril de 2009

30 días na vida dun queixo

30 dias da evolución dun queixo Arzúa-UlloaO cadro de enriba amosa a vida do queixo que preparamos o día 7 de marzo cando visitamos a Queixería Arquesán. Cada foto representa o estado en cada un dos 30 días que pasou na casa (os ocos foron días nos que non fixen foto - que foron uns cantos). Pois o queixo botou tan só estivo 30 días na casa (se non lembro mal, na denominación de orixe de Arzúa-Ulloa compren 35 para poder sair ó mercado). Así que cometemos un pequeno infanticidio e levamos o queixo connosco a París, a facer unha cata aproveitando que nos xuntábamos 3/6 de Laconada. (Ademáis a si cumplimos a tradición que nos comentou Nino cos queixos que preparan os nenos que visitan Arquesán: que os queixos que preparaban durante a visita, logo ían de peregrinación por toda Galicia, porque todo mundo tiña que ver 'o queixo que preparara o neno'. No noso caso levamolo á nosa familia parisina).

Antes de comentar o do queixo, falarei un pouco da súa vida. Unha vez chegado a casa, tiven o queixo na neveira. A temperatura da neveira (4-5ºC) é un pouco baixa de máis para a súa curación, pero a temperatura da casa (15-20ºC) era moito peor para o queixo. Así que o fixen pasar frío. Pero coma son un pai moi liberal, polas noites o deixaba andar de troula. Xa que pola noite na casa non facía tanto calor, pois o sacaba da neveira e o deixaba a que se atemperase un pouco. Así polo día pasaba frío, e pola noite tiña unha temperatura máis axeitada para a curación (aqueles días de Marzo no que as noites ainda andaban frías). O tempo do mes atemperou, eu esquencinme algún día de o sacar, e o certo é que xa nos últimos días do mes non o coidei coma debería. Así que se cadra é culpa miña se me saiu un queixo descarriado.

No día da primeira cata resultou ser un queixo bastante bó (sorprendentemente bó pola problemática curación que tivo, que coma expliquei non era a máis adecuada - moi frío na neveira). Tal coma xa comentaran outros 'pais' o queixo estaba salgado (Consuelo non calculou ben por ser unha cantidade de leite á que non está afeita a traballar), pero non tan salgado coma houbera esperado. Me lembrou moito ó queixo feito na casa que teño tomado algunha vez (que debían de pasarse un pouco co sal para axudar á conservación). Pero en xeral me sorprendeu que non houbese quedado tan mal. Eso sí, dinme conta que para facer un bó queixo hai que coidar todo detalle moitísimo (e non me refiro ó do sal).

Incluo aquí as catas que fixeron os outros 'pais' sobre os seus queixos:
Sinto non ter fotos do último día para que se poidera comparar o resultado final ca dos outros queixos. Podo comentar eso sí, que o queixo perdeu bastante volume dende o primeiro día. Pero sobre todo cando me olvidei del na neveira. Non sei se o frío fixo que se compactase máis. En calqueira caso, o interior se parece bastante ó dos outros 'pais'. Se alguén lle chama a atención os cambios de cór do queixo nas fotos, o certo é que si foi cambiando de cor. Os días que o tiña moito na neveira estaba pálido, e logo de telo pola noite fora, tornaba marelo. Por tanto dependendo de se facía a foto pola mañá ou pola noite o tono do queixo cambiaba bastante.