
Soy un apasionado de las gaseosas, así que cuando veo alguna que no conozco, me lanzo. Por eso tengo en casa una botella de gaseosa Schuss aún si en la etiqueta se anuncia con letras grandes que es un producto de Coca-Cola. No es que tenga nada contra Coca-Cola pero el buen bebedor de gaseosa sabe que la calidad de las gaseosas es inversamente proporcional a la capacidad de distribución del producto.
Si no fuera por la presencia de las palabras "Compañía Coca-Cola", lo que es la botella tiene una buena presencia cuando la ves muy de lejos. En cuanto te acercas un poco se convierte en la típica botella PET intentando darse un aire retro. Mal rollo. Las marcas tradicionales de gaseosa usan botellas de plástico cutre con pinta de botellas de plástico cutre. Doble mal rollo cuando empiezas a leer la pegatina. Los ingredientes son todos artificiales -todavía hay marcas de gaseosa que añaden raspadura de limón- y ni siquiera aparece el esperanzador "aroma de limón" tan común en las marcas blancas. Luego vuelves a ver en la frontal lo de Coca-cola esrito en grande, así que supiras. ¿Qué garantía de calidad te ofrece un melón con una pegatina que pone "sandía"? Esto es lo mismo. Los que tomamos la gaseosa a palo seco, sabemos que existe coca-cola y aún así seguimos dándole a la gaseosa; está claro que no somos el "objetivo".
La cata es muy decepcionante. La burbuja es de las toscas. Mucho gas en el primer sorbo y tan poca persistencia que ya se nota aguada el segundo. Sabor a agua dulce con aromas perdidos. Incluso peor que La Casera en PET -puede que no lo sepan, pero existe una versión en botella de cristal que es una gaseosa decente-.
Lo gracioso es que he buscado información sobre el producto en la web de Coca-Cola.es y la única gaseosa que sale se llama Splash. Lo triste, es que, el resumen de la película nos cuenta de que aún si es una gaseosa mala acabaremos aguantándola en un montón de bares porque está detrás Coca-cola y sabemos que esto de la logística importa.