martes, 24 de noviembre de 2009

Comer pescado en Vigo: Bar Puerto

Voy a planear el crear una categoría especial para los restaurantes en Vigo, la ya no es lo que era. Y no, no es una categoría despectiva, soy más irónico que eso. Crearía la categoría para agrupar todos aquellos restaurantes que cuando hablas de ellos, todo el mundo los conoce, pero todo el mundo añade la coletilla "pero ya no es lo que era". La cuestión es que no me parece que tenga mucho sentido hablar del pasado. Lo único importante es lo que hay.

En el caso del Bar El Puerto (o Bar Puerto, no tengo nada claro el nombre oficial del sitio) a mi me sigue gustando mucho el sitio. Han pasado 6 o 7 años y me parece que merece la pena visitarlo. Me parece muy meritorio que se hayan especializado tanto. Sólo puedes tomar pescado con patatas cocidas. En general casi todos los pescados se pueden tomar en 3 preparaciones: rebozado, a la plancha y a la gallega (esto es, para los que vengan de Madrid, cocido y con ajada - la ajada se trae a la mesa, para añadirla al gusto). Tambien hay unos buenos calamares rebozados y la posibilidad de tomar una bandeja de pescado frito (variado: jurelitos, sardinilla, lenguados, ...).

Los platos de pescado cuestan entre 12 y 16 euros. No son muy abundantes, pero a mi me parecen suficiente. Yo personalmente, si hay pido siempre el corujo a la plancha. Y la bandeja de pescado pequeño frito es tambien una buena recomendación.

Además de pescado, hay la posibilidad de tomar marisco, o unas navajitas frescas a la plancha. Los postres son caseros, y no están mal de todo.

Mi recomendación va sobre todo dirigida a los turistas que vengan de visita a Vigo. Yo les recomiendo que se atrevan a visitar este bar, donde pueden tomarse un buen pescado y un marisco de bastante confianza. No es un lugar tremendamente sofisticado, si no claramente cutre, pero es de confianza.

Bar El Puerto
C. Arenal 30,
Vigo

domingo, 15 de noviembre de 2009

¿Cómo pelas la piña?


Es raro que alguien nunca haya comido piña pero muchos sólo han comido piña enlatada, la que viene en rodajas y en su jugo o en almíbar. ¿Cuántos os habéis enfrentado ya a una piña de verdad, a una piña con su corteza y sus hojas?

Yo reconozco que nunca me interesé mucho por la piña porque la asociaba a un producto muy caro y no me esperaba nada muy distinto a la piña de bote. Por suerte, con el tiempo he aprendido que es un producto muy asequible si se compra cuando toca y he descubierto que una buena piña no tiene casi nada que ver con la piña de bote.

En lo que respeta al momento de comprar piña se puede decir que como es un producto importado no tiene realmente una temporada concreta. Lo que sí tiene es una temporada prohibitiva, las Navidades. En muchas zonas es tradición comer piña en las fechas más lujosas del año así que como el resto de alimentos típicos su precio se dispara. A finales de diciembre las piñas se venden fácilmente a más de 3€ el kilo cuando ayer mismo me he comprado yo una piña bien buena por 1'50€. También he visto que a finales de primavera aparecen cantidades enormes de piña en los almacenes de fruta, pero por mucho que la publiciten y oferten no son especialmente buenas. Para bien o para mal, la globalización nos trae buenas piñas todo el año. Así que el momento de disfrutarlas es cuando las encuentras buenas, bonitas y baratas.

A la hora de escoger la piña suelo fiarme del frutero. Claro que para ello hay que buscarse un frutero de confianza, uno que sea buena gente y que entienda que si te trata bien vas todos los días. Si no tengo un buen frutero a mano, mi manera de ver si la piña está buena es olerla por abajo; con un poco de atención se nota enseguida un olor fuerte y dulce detrás del olor a hierba seca de la corteza. Otra gente dice que lo que hay que hacer es arrancar una hoja y buscar en ella un buen aspecto –que la parte baja sea amarillenta y no esté estropeada– y el olor a fruta madura.

El gran problema llega en el momento de cortarla. Lo que aparenta ser una cuestión trivial se convierte en un debate abierto si navegamos un poco por la Red. Hay gente que pregunta cómo hacerlo y gente que discute sobre cuál es la mejor manera. Cada uno tiene sus preferencias y por lo que he visto, lo cual me ha aliviado, pocos son los que optan por el esquema oficial, el que se explica en la etiqueta de las piñas de marca. Según este, deberíamos cortarla en cuatro verticalmente, quitarle la corteza y el corazón de un tajo y luego dividirla en porciones. Con este método se tira más de la mitad de la piña. Pero claro, yo mismo, la primera vez que tuve una piña entre las manos no sabía que hacer con ella y si no hubiese tenido nadie a mano que me hiciese otra propuesta, seguramente haría lo que mandaba la etiqueta. Así que les comento cómo corto yo la piña por herencia de mi familia política por si les interesa.

Lo primero es que no pelo toda la piña de golpe. Mucha gente hace eso, la pela toda longitudinalmente para luego ir cortando rodajas o cortarla verticalmente. A mi me parece que con este método no se consigue pelarla fina y que sólo consigues exponer el alimento a la oxidación porque, ¿quién se come una piña entera de golpe? Una piña normal es muy grande y con una o dos rodajas ya te has comido tanta fruta como con una manzana o un melocotón. Para comer una piña entera de golpe hacen falta, como mínimo, 6 comensales. De manera que lo que hago es ir cortando rodajas e ir limpiándoles el borde conforme voy necesitándolas. Esto me permite pelar más fina la cáscara y que sólo se ponga un poco fea la mitad exterior de la primera rodaja –y si la pones boca abajo parecerá que está recién cortada–.


Luego, está la cuestión del corazón. El método oficial lo tira y he visto que muchos son los que lo hacen también. El corazón de la piña es más duro que el resto de la pulpa del fruto, tiene unas fibras longitudinales y si lo quieres comer a lo largo dudo que lo consigas cortar con los dientes. Esto no quita que sea muy sabroso. Tiene menos dulzor que el resto de la pulpa y si lo cortas en trozos pequeños es como piña crujiente, parecido a un palmito. En la piña enlatada no tenemos el corazón seguramente porque es fruta que recogen muy verde y debe estar realmente muy duro y ser incluso insípido. También puede ser que lo usen para hacer zumo o algún otro producto derivado. La imagen de una piña en rodajas agujereadas seguramente sea un factor que anime a muchos a tirar el corazón sin probarlo. Yo les aconsejo que le den una oportunidad. En una piña que está madura el corazón está bien bueno si lo cortas en trozos pequeños que te permitan morderlo verticalmente. Yo, al ir seccionando las rodajas intento que los trozos lleven en la puntita un trozo de corazón. Cuando lo masticas le da un final crujiente y un poco más soso a cada pedazo que me encanta. Si no, también lo podéis comer por separado, está igual de bueno.