La Francesinha se puede explicar sencillamente como un sandwitch, con dos rebanadas de pan de molde tostado, relleno en capas sucesivas por linguiça (un tipo de embutido portugues parecido al chorizo, pero no necesariamente igual), salchicha fresca, jamón cocido y filete de ternera o de cerdo. Toda esta cantidad de carne normalmente tiene un grososr de unos buenos dos dedos. Luego el bocadillo es recubierto por lonchas de queso, gratinado al horno, y se sirve cubierto del ingrediente secreto: la salsa picante. Por su imponente grosor, porque esta cubierta de queso fundido y porque la salsa pringa todo el bocadillo se tiene que comer con cuchillo y tenedor.
Pero así con palabras no es fácil entender lo intimidante que puede llegar a ser esta combinación. Para eso mejor esta foto donde se puede comprender lo peligroso que es este platillo:
Esta es la fotografía de la Francesinha con patatas fritas de Cafetería Santiago (mapa). Sospechosamente presumen mucho de tener la mejor Francesinha de Porto. A lo mejor exageran un poco, pero la gente parece estar de acuerdo con ellos: en la hora que estuvimos comiento se despacharon como poco 60 francesinhas, porque la abundante clientela venía (en familia y todo) a tomar específicamente eso.
La opinión personal: excesiva (por lo contundente), muy rica, y en su punto. De ponerle un pero tal vez que la carne estuviera ya un poco templada. Las patatas espectaculares: cortadas a mano y fritas en su punto. Un consejo que merece la pena tenerse en cuenta: si no sois extremadamente tragones, mejor compartir la francesinha entre dos comensales. Comerse una entera es bastante indigesto.
Pero como sobre gustos no hay nada escrito, parece que todos los portuenses tienen una cafetería favorita diferente. Por eso, unos amigos nuestros nos llevaron a probar la de Big Ben (mapa):
En este caso tomamos la versión clásica (sin patatas ni nada). ¿Como estaba? Pues una vez más bestial (en lo que sacia en lo bien que sabe). Es díficil decidir entre una u otra. Son diferentes, y a la vez parecidas. La principal diferencia es la presentación (que se puede ver en las fotos) y la salsa, con un sabir bastante distinto.
No puedo dejar de admitir que pecamos de inconscientes, porque tomamos 2 veces Francesinhas en apenas 8 horas. El plato es no es nada fácil de tragar: muchísima carne, muchísimo queso fundido, una salsa bastante grasa y picante. Una vez terminado necesitas calma para digerir, y tiempo para recuperarte del empacho. Pero al mismo tiempo tiene un sabor tremendamente adictivo, esa combinación de picante, ese sabor untuoso del queso, todos los tipos de carne...El maridaje perfecto para una Francesinha: la cerveza, y entre las cervezas la Super Bock que se fabrica en Oporto. (Todo lo demás es sacrílego) Doblemente combinan, porque la cerveza tambien se usa para prepara la salsa picante.
Y a aquel que se le ocurra pensar que somos unas nenazas y que la Francesinha no merece el calificativo de animalada, que antes se atreva a meterse una de una sentada. No es que sea el bocadillo más grande del mundo, es sencillamente la combinación más explosiva que nunca se haya llevado a cabo. Una buena representación de la pantagruélica gastronomía del Norte de Portugal.
Post Scriptum:
Despues de documentarme con un conocedor profundo del tema Francesinha, tengo que hacer una pequeña correción. Las dos fotos que aparecen son de Francesinhas Especiais. Sin salsa se llaman Francesinhas a secas, y que las que llevan la famosa (y peligrosa salsa) son Francesinhas Especiais.
Post Scriptum 2:
Ya llegó la Web 2.0 al mundo de las Francesinhas: http://francesinhas.com En esta web podeis localizar y puntuar las Francesinhas (tanto en Portugal como en el extranjero)
Post Scriptum 3:
¿Vives lejos de Porto? ¿Echas de menos la Francesinha? Puedes intentar hacerla en casa. Hemos intentado una versión de la receta usando ingredientes fáciles de conseguir en España:
Brico-gastrnomía: Francesinhas en casa (primer intento)