Los Laconeros somos gente muy diversa en gustos, hoy vamos a hablar de la comida con la que empezamos el día: el desayuno. (Como además cada Laconero vivimos en ciudades diferentes, se añade aún más variedad a nuestros desayunos).
Los lectores que querráis podeis tambien aportar cual es vuestro desayuno favorito (o sin ser favorito, el que habitualmente tomáis). Así podemos poner en común muchas diferentes opciones para esta comida del día.
El desayuno contenido
En casa, el desayuno es la mejor comida con diferencia y si no fuese porque uno tiene que apurar pensando en todo el día que queda por delante sería también la más larga. Así es que unos yanquis dirían que nuestro desayuno del domingo es un brunch en toda regla.
Si me pusiese ha hablar de qué es lo que mas nos gusta desayunar tendría que comentar algún planto de pasta, la tortilla de patatas, varios bocadillos calientes y muchos restos fríos de cuando cocinas en exceso pensando en el día siguiente. Pero, por desgracia, los ritmos de la vida nos obligan a limitarnos a otras viandas más sencillas aún si la variedad seguirá presente.
El mejor modo que se me ocurre para exponer mi desayuno es dividir en tres grupos lo que ingerimos:
- Líquidos: Tomamos siempre algo calentito; café solo muy largo, abundante y sin azúcar para él y café con leche para ella o té que puede ser rojo, blanco, verde, negro, etc. porque tenemos una tienda de tés muy buena en Salamanca y nos gusta variar. Luego, en temporada, hacemos batidos de frutas o tomamos zumo de naranja recién exprimido, que para algo tengo una Taurus de esas que centrifuga y está mal la economía (la gente no sabe los baratas que salen las naranjas para zumo)
- Salado: Dejando de lado los platos extraños, siempre tomamos pan, mucho pan acompañándolo con queso y embutidos donde queso es o gallego o manchego (el que hace la compra es racista) y embutidos son o embutidos caseros, alguna longaniza especial de nuestro proveedor habitual o jamón ibérico, el rey de los desayunos y de nuestros corazones.
- Dulce: Si bien ella suele perdonar el dulce salvo que sea muy de su gusto yo necesito cargarme siempre las pilas con azúcares para que la cabeza no me deje tirado. Esto lo soluciono con tostadas en las desde hace algún tiempo hemos sustituído la mantequilla por aceite y que acompañamos cuando tenemos suerte con las deliciosas mermeladas que hace mi padre o, en su defecto, miel conseguida de algún apicultor porque toda la que se vende por ahí es siempre demasiado decepcionante.
De manera, que, en la mesa del desayuno un día cualquiera de podría ser: café, zumo de naranja, pan, jamón, queso, aceite y mermelada de ruibarbo. Me pongo a babear solo de pensarlo… ¿por qué no nos pasaremos el día desayunando?
El desayuno con receta
De pequeño odiaba el café. Ahora no hay nada que me resulte más reconfortante que la primera taza justo después de levantarse. Tampoco nada muy refinado, un simple café por goteo me resulta delicioso porque tengo que reconocer que no soy un gourmet, soy un adicto.
Así que hay muchas otras cosas que pueden variar pero mi desayuno siempre se construye alrededor del café. En casa tenemos una cafetera Dolce Gusto y después de varias pruebas creo que para el desayuno me quedo con un
Espresso largo con mucha crema.
Por lo demás soy fan de desayunar salado, especialmente de las tostadas con tomate que suele ser lo que pido cuando desayuno fuera de casa. Aunque últimamente pedir tomate rayado en una cafetería tiene el mismo riesgo que pedir un pincho de tortilla: te pueden dar cualquier cosa desde tomate triturado en la batidora hasta tomate frito de bote. En casa cojo un tomate con buena pinta y lo rayo en el momento mientras se hacen las tostadas y el olor del pan se mezcla con el del café. Ni punto de comparación.
Otra cosa que me resulta muy apetecible para empezar el día son los huevos. Un pincho de tortilla, por ejemplo, me parece un desayuno perfecto para esos días en los que se levanta uno tarde y ya con hambre de verdad. Como ponerme a hacer una tortilla de patatas de buena mañana sería muy poco práctico, cuando desayuno en casa prefiero los huevos revueltos. Además,
si los hacéis como Gordon Ramsay (
sí, ese) resultan ligeros y sabrosos, perfectos para matar ese hambre de media mañana.
El desayuno 'primavera'
Esta primavera (sin razón aparente) se me dió por tomar un poco más de leche en vez de tantos derivados lácteos y tenía un cierto antojo de cereales. Así que plato principal:
cereales de salvado de trigo (que deben estar bastante procesados, porque cuando había probado yo el salvado de trigo no sabía ni de lejos tan dulce), leche, y miel (yo curiosamente consumo más miel que azucar - un kilo de azucar me puede durar un año, un kilo de miel, unos 2 meses).
Luego, miel con limón (templado). En principio mucha gente asocia esta combinación a algo medicinal, pero yo lo tomo porque: me gusta, mis padres tienen limoneros así que siempre hay limones en casa y porque lleva miel (como ya dije antes estoy tomando miel continuamente).
Una zanahoria cruda (o dos). A mi me encanta la zanahoria cruda. Y un día se me ocurrió deja una zanahoria lista para tomar con el desayuno, y desde entonces se ha convertido en un clásico de mi desayuno. El año pasado el Ministerio de Sanindad me escogió para una encuesta sobre la dieta de los españoles y estoy seguro que aún se están preguntando que si lo de que yo tomase zanahoria en el desayuno fue un error de la tomadora de datos.
Finalmente un cafecito sólo (pequeño).
En general mis desayunos suelen ir variando (me parece más entretenido ir cambiando): alguna vez tostada (que puede ser con mantequilla, o puede ser con aceite, o puede incluso ser con cualquier otra cosa untable, todo por épocas, y cambiando), otras veces (cuando hay mucha fruta) pues fruta y fruta, otras veces queso, alguna vez hasta me animo a tomar bollería en un bar (cosa de la que luego me arrepiento, porque suele ser terrible). En principio, por economías de escala, pues repito el desayuno al menos una semana entera, pero luego me puede apetecer otra cosa.