viernes, 28 de octubre de 2011

Comer@Lyon: Paul Bocuse

Paul Bocuse es un cocinero de origen lionés que, después de trabajar durante los años cincuenta en conocidos restaurantes de la ciudad, en 1959 se hace cargo del negocio familiar, el restaurante Bocuse. Su fama aumenta al ser elegido mejor cocinero de Francia, y en 1965 consigue su tercera estrella Michelín.

Desde entonces, su figura trasciende del ámbito meramente gastronómico y se convierte en una celebridad: se le considera el padre de la nouvelle cuisine, ha recibido la Legión de Honor francesa, publicado el libro "La Cuisine du Marché", creado el concurso Bocuse d'Or que es uno de los premios más prestigiosos que un chef puede recibir y ha sido nombrado Chef del Siglo por el Culinary Institute of America. En realidad, podría cerrar sus restaurantes mañana mismo y dedicarse a vivir de su fama, paseándose por congresos de gastronomía y ofreciendo sus lecciones a quien quiera escucharlas, siguiendo los pasos de otros chefs también muy populares.

Además del famoso L'Auberge, Paul Bocuse tiene una pequeña cadena de cervecerías-restaurante en Lyon, las Nord Sud Brasseries. Se trata de cinco locales gestionados de manera independiente, de tal forma que la decoración y la carta de cada una de las cervecerías es diferente.

Una de sus cervecerías, L'Est, está en la parte baja de la antigua estación de tren de Brotteaux, hoy convertida en centro comercial. En realidad a mí me gustaría que las antiguas estaciones se siguiesen utilizando para lo que fueron diseñadas, pero creo que esta reconversión les sienta muy bien y se crean espacios con una atmósfera muy especial:

La foto es del Flickr de Darkroom Daze
Como era de noche y ya empezaba a hacer un poco de frío decidimos no sentarnos en la terraza, muy amplia y con un ambiente bastante más animado que el resto de los locales de la zona. Nada más entrar hay una pequeña barra en la comer solo o tomar una cerveza:


El local es amplio, sencillo y con una decoración inspirada en el mundo del tren: mucha madera como en los antiguos vagones, carteles antiguos anunciando aperturas de nuevas líneas e incluso un tren eléctrico dando vueltas alrededor de la sala. En mi opinión, la única pega es que las mesas están demasiado cerca unas de otras y cuando el local está lleno puede resultar un poco molesto.


Empezamos la cena con una ración de foie para compartir. No es la primera vez que en Lyon nos dicen que los españoles somos no sabemos apreciar el foie porque nos gusta comerlo untado en pan, así que nos sorprendió un poco que viniese acompañado de una generosa rebanada de pan tostado. La próxima vez que escuchemos ese comentario vamos a decir que sí, que untamos el foie en pan como Paul Bocuse ;).


La pieza que nos trajeron tenía una textura muy uniforme pero poco grasa, lo que le daba un sabor algo seco. Venía condimentada con un poco de pimienta y alguna otra especia que no conseguimos distinguir, lo que "enmascaraba" un poco el sabor del foie. El sabor era aceptable pero en general nos sorprendió que después de probar foies excelentes en cualquier rincón de la ciudad vayamos a salir decepcionados de un sitio de renombre como L'Est.

Como plato principal escogí el risotto de vieiras con queso parmesano:


La foto no es de muy buena calidad así que tal vez no se aprecie bien, pero a simple vista la presencia del plato es decepcionante. El arroz no tiene la textura típica del risotto sino que está "nadando" en el líquido, y el parmesano viene en lascas sobre el plato en lugar de haber sido rallado para darle ese último toque de sabor y consistencia al risotto. El sabor confirma la primera impresión: el arroz estaba algo crudo, y el plato parecía elaborado con leche o nata en lugar de queso parmesano con lo cual la textura era demasiado líquida. Además el parmesano en láminas quedaba demasiado "postizo", no se integraba en el sabor del plato como debe hacerlo el parmesano rallado en un rissotto.

¿Todo era un desastre? No, todo no. Las vieiras a la plancha estaban exquisitas, un producto de buena calidad hecho en su punto y condimentado de una forma muy sutil. En la carta de L'Est se ofrece una brocheta de vieras que me gustaría probar, porque al menos las de mi plato eran excelentes.

Como postré tomé una crème brûlée que, esta vez sí, estaba realmente buena:


En cuanto al precio, con el foie para compartir de primero, un segundo, postre y café el precio medio por persona estuvo en torno a 40€. Lyon no es una ciudad barata para comer, pero incluso teniendo eso en cuenta nos pareció un precio un poco alto... aunque es verdad que hay que considerar el sobreprecio por comer en un sitio con la firma de Paul Bocuse.

sábado, 22 de octubre de 2011

Comer@Lyon: lo más típico

Lyon es una ciudad con un patrimonio gastronómico muy rico, que va desde platos muy autóctonos que es difícil encontrar en otras zonas a recetas que comenzaron a elaborarse en Lyon pero luego se extendieron al resto de Francia. Además en la ciudad hay una oferta de cafeterías y restaurantes muy variada, desde las típicas tabernas lionesas hasta L'Auberge de Paul Bocuse.

Desde hace algún tiempo estoy yendo a Lyon por trabajo, el problema es que normalmente tampoco estoy allí el suficiente tiempo para disfrutar de la ciudad. Sin embargo, esta semana he podido cumplir un plan que tenía desde hace tiempo: comer en un bouchon. En teoría bouchon es el nombre que se les da a las típicas tabernas lionesas, pero es complicado dar una definición un poco más concreta viendo lo distintos que son entre sí los locales que se hacen llamar así. Quizás el único punto en común es el menú, en el que no suelen faltar varios platos típicos de la cocina lionesa como el saucisson, la sopa de cebolla o los quenelles.

Echando un vistazo al censo de auténticos bouchons mantenido por la Association de Défense des Bouchons Lyonnais se puede ver que la mayoría están en los distritos 1 y 2, que corresponden con las zonas del Viejo Lyon y la Rue Merciere, donde se concentran la mayoría de restaurantes de la ciudad. Mi idea era acercarme a alguna de esas zonas pero mi oficina está en el distrito 6, en el que no hay mucho donde escoger, así que un poco al azar me acerqué a Le Mitonne, que es el que más a mano me quedaba:


El interior del local es sencillo, con pocas mesas, un poco lejos del barroquismo que me habían contado que caracterizaba a estos sitios. Pedí una mesa y me trajeron el menú que, muy en el estilo de Lyon, era una pizarra que se pone al lado de tu mesa y se retira una vez hayas escogido:


Como primer plato pedí un surtido de especialidades lionesas, que era básicamente un plato con varios tipos de ensalada.


Empezando por la parte izquierda del plato y yendo en sentido horario, podemos encontrar:
  • Ensalada de patatas con arenque marinado: simplemente patatas cocidas acompañadas con un filete de arenque marinado, no demasiado salado y con una textura bastante suave para ser un marinado.
  • Saucisson: la traducción literal sería "salchichón", pero no es muy parecido al que tenemos en España. El saucisson lionés es un embutido a medio camino entre la mortadela y la salchicha, se come crudo y aunque a estas alturas debéis de estar pensando que tiene que ser infame, está realmente bueno. Se suele acompañar con salsa de mostaza aparte, aunque en este caso lo habían "aliñado" con una vinagreta. Es la primera vez que probaba esta combinación y, francamente, no me gustó.
  • Ensalada de lentejas: era la primera vez que la probaba y me sorprendió mucho, resulta ligera pero llena de sabor. Además, he buscado la receta en internet y parece que apenas lleva más cosas que lentejas, saucisson y cebolla... sencilla y sabrosa, creo que voy a intentar hacerla en casa.
  • ¿?: no he sido capaz de saber qué es lo siguiente en el plato. El sabor tampoco era ninguna maravilla, así que no me siento demasiado culpable ;).
  • Lechuga y tomate: como siempre en Lyon, aliñados con una vinagreta con un poco de mostaza. La primera vez que probé este tipo de aliño no me gustó, me pareció un sabor demasiado intenso para una ensalada, pero la verdad es que una vez pasada esta primera fase de sorpresa me está resultado una combinación cada vez más agradable.
Como segundo plato decidí probar los quenelles, uno de los platos más típicos de la gastronomía lionesa:


Se trata de una especie de croqueta hecha con una pasta de harina de trigo a la que se le añaden mantequilla, huevos y agua, además de carne desmenuzada de pescado, ternera o, como en este caso, pollo. Los quenelle se cocinan en una salsa (bechamel, salsa de tomate, etc.) y se gratinan en el horno, sirviéndose a la mesa todavía muy calientes.

He de decir que este plato me decepcionó mucho. El quenelle es un plato un poco insípido, con una textura bastante pastosa y que resulta muy pesado por la cantidad de grasa que lleva. Si decidía acompañarlo con la salsa de queso en la que venía cocinado entonces no quedaba ni rastro del sabor del quenelle, el sabor de la salsa lo ocultaba absolutamente todo.

Después del buen rato que me llevó terminar el quenelle la camarera me ofreció "un café, un dessert, un fromage?", es decir, si quería tomar café, postre o queso. No me termino de aclarar con el queso porque en algunos sitios lo sirven como entrante y en otros como postre, pero en los sitios en los que he estado diría que es más común que aparezca en la carta de postres. El queso más típico de la zona es el Saint-Marcellin:


Se trata de un queso de leche con la corteza fermentada y el interior muy fresco y cremoso. No lleva ningún aditivo y tiene un contenido en grasa muy alto, que hace que tenga un sabor muy consistente. Se presenta en pequeñas piezas redondas, y normalmente se puede ordenar en porciones enteras o medias porciones.

Aunque los postres estaban expuestos en la barra y tenían bastante buena pinta, el quenelle me había dejado el estómago bastante pesado así que decidí tomar únicamente un café. Tengo que decir que en general mi experiencia en Le Mitonné no fue especialmente buena, y en realidad me apetece darle otra oportunidad a lo "típico lionés" e intentar ir a otro bouchon, aunque esta vez intentaré que sea a uno con buena fama en lugar de uno que me quede cerca ;).

sábado, 15 de octubre de 2011

Memorias del gusto: Penne alla puttanesca

Esta es una receta que me recuerda mucho a los años en que vivía en Alemania. ¿Cocina italiana en Alemania? Creo que ya lo expliqué una vez: mi mayor contacto contacto con la cocina italiana fue en Frankfurt (¡y luego en Manchester!) lo que es un poco paradójico. Lo cierto es que en Frankfurt había muchos pequeños restaurantes abiertos por jóvenes cocineros italianos. (Tal vez esto pueda indicar algo sobre la situación económica italiana como la abundancia de españoles en Londres y Dublín). Por tanto aún estando en Alemania, al ser cocineros italianos siempre he sentido que era auténtica cocina italiana (de hecho uno de estos restaurantes tenía un cocinero tan bueno - Sergio - que muchas veces creo que la mejor comida italiana que probaré nunca fue allí).

En los restaurantes italianos en Alemania no faltaba nunca un plato de pasta alla puttanesca. El nombre nos hacía mucha gracia a los españoles. Es curioso que en los restaurantes españoles nunca he visto una mención a esta salsa... ¿será porque a los españoles no nos gusta mucho el picante? ¿será porque da para muchos chistes? Yo intentaba no creer que la salsa tenía que ver con las puttanas... Pero la wikipedia confirma que la alla puttanesca se traduce como "a la manera de las putas".

A mí me gustaba bastante la salsa: con su ligero picante, su sabor salado (a anchóa), ese sabor extraño y medio alcaforado que tiene la alcaparra. Así que alguna vez me he animado a prepararla en casa para rememorar aquellos años en Alemania.

Penne alla puttanesca hechos en casa (y tal vez no demasiado bien)
Penne alla puttanesca: si hay algo que le gusta más a los italianos que la pasta son las consonantes repetidas, y el nombre de este plato tiene muchas
La foto de arriba es como quedaron mis penne (esta es otra palabra culinaria italiana que hace mucha gracia a los españoles, pero en este caso no tiene nada de guarro en italiano: quiere decir pluma) alla puttanesca. Pero paso de transcribir la receta porque en realidad hice una versión aproximada a la que viene en la wikipedia, pero incluyo unos cuantos enlaces de recetas interesantes:

viernes, 14 de octubre de 2011

Memorias del gusto

El otro día caí en la cuenta que raramente me animo a preparar un plato que no haya probado de antemano. Me refiero, los libros de recetas, las webs de recetas son fantásticos: indican las cantidades, los ingredientes adecuados (sustitutos incluso si no se consigue el original), trucos para conocer el punto de cocción de cada ingrediente, secretos de como presentarlo y sobre todo muchas fotos. Pero claro, el sabor no se puede expresar bien en imágenes o texto. Por tanto cuando uno sigue una receta desconocida, le sale algo que puede parecerse visualmente a la receta (¡si sale bien!) y que debería saber igual que el original.

Pero yo en general (según he visto estos años) cuando me he animado a hacer en casa una receta exótica (o no tanto) es con la inspiración de ese sabor que me ha quedado en la memoria. No tanto el recuperar ese momento del pasado (es algo bastante díficil) pero sí dado que ya se que sabor quiero conseguir, me siento más dirigido para conseguir algo parecido.

(En general esto tambien me predispone cuando compro libros de cocina: miro si hay recetas que ya he comido, y si es así doy para adelante)

Así que voy a comenzar una pequeña saga histórica rememorando sabores especiales que me dejaron muy buen recuerdo y a veces enlazando recetas y en otros casos mostrando mis pequeños itentos de recuperarlos.





Estos son un plato típico tailandés: calamares salteado de chiles con albahaca fresca (Pad Ga Prao), que serán uno de los que caigan en esta serie, porque los intenté reproducir en casa y porque la historia de como los probé es muy curiosa.

martes, 11 de octubre de 2011

Frankfurts


Frankfurter Würstchen, originally uploaded by WordRidden.

Si pensamos en la ciudad de Frankfurt, la típica referencia alimentaria que viene a todo el mundo a la mente es el 'frankfurter' (la salchicha típica de Frankfurt). Sii hacemos la pregunta sobre la ciudad de Hamburgo, la gente diría la 'hamburguesa', ¡que no es un plato típico de la ciudad! Al menos si es cierto que los 'frankfurter' nacieron Ninguno sabemos de ningún otro plato típico de la ciudad (ni podemos imaginar que la ciudad no es cervecera si no que lo típico es la sidra, pero eso ya es otra historia).

Viví durante 2 años en Frankfurt, y comprobaba continuamente que todos los extranjeros que venían de visita a Frankfurt llegaban deseando tomar las auténticas 'frankfurter'. El problema es que, aparte de los restaurantes para turistas y algunos puestos callejeros, las 'frankfurter' no se comen habitualmente en las calles, y ni mucho menos hay la tradición de hacerlas como hotdogs. De hecho no sería posible, porque la tradición es venderlas a pares enganchadas entre sí (como se ve en la foto) así que se haría un poco raro meterlas en el pan. Sí se venden en las carnicerías tradicionales, frescas y sin envasar, para que la gente las tome en casa.

Lo que si es indudable es que las 'frankfurter es uno de los platos alemanes que han tomado el mundo: han llegado a todos los lugares del planeta y han hecho que el nombre se utilice en todas las lenguas y lugares. A pesar de que lo que se llame 'frankfurter' no tenga demasiado que ver con como eran originalmente. Porque en realidad lo que en muchos sitios venden son 'wiener' y no 'frankfurter'.

Aquí en España las salchichas industriales, estas que vienen de 7 en 7 (¿porque 7, quien escogió este número?) distinguen dos productos parecidos: las Frankfurt y las Viena. Aparte de una ligera diferencia de tamaño, dicen que las Frankfurt están ahumadas y las otras no.

En parte la diferencia es así, la diferencia sería no solo el ahumado si no que la frankfurter esta hecha exclusivamente de cerdo, ahumada luego, y que la wiener se hace con mezcla de cerdo y ternera y que no se ahuma (Pero en realidad no se diferencian tanto porque las wiener las comenzó a preparar un carnicero de Frankfurt que había emigrado a Viena).

domingo, 9 de octubre de 2011

Nuestros desayunos ¿y los vuestros?

Los Laconeros somos gente muy diversa en gustos, hoy vamos a hablar de la comida con la que empezamos el día: el desayuno. (Como además cada Laconero vivimos en ciudades diferentes, se añade aún más variedad a nuestros desayunos).

Los lectores que querráis podeis tambien aportar cual es vuestro desayuno favorito (o sin ser favorito, el que habitualmente tomáis). Así podemos poner en común muchas diferentes opciones para esta comida del día.

El desayuno contenido

En casa, el desayuno es la mejor comida con diferencia y si no fuese porque uno tiene que apurar pensando en todo el día que queda por delante sería también la más larga. Así es que unos yanquis dirían que nuestro desayuno del domingo es un brunch en toda regla.

Si me pusiese ha hablar de qué es lo que mas nos gusta desayunar tendría que comentar algún planto de pasta, la tortilla de patatas, varios bocadillos calientes y muchos restos fríos de cuando cocinas en exceso pensando en el día siguiente. Pero, por desgracia, los ritmos de la vida nos obligan a limitarnos a otras viandas más sencillas aún si la variedad seguirá presente.

Desayuno de Iago: Tostadas con miel y mermelada
El mejor modo que se me ocurre para exponer mi desayuno es dividir en tres grupos lo que ingerimos:
  • Líquidos: Tomamos siempre algo calentito; café solo muy largo, abundante y sin azúcar para él y café con leche para ella o té que puede ser rojo, blanco, verde, negro, etc. porque tenemos una tienda de tés muy buena en Salamanca y nos gusta variar. Luego, en temporada, hacemos batidos de frutas o tomamos zumo de naranja recién exprimido, que para algo tengo una Taurus de esas que centrifuga y está mal la economía (la gente no sabe los baratas que salen las naranjas para zumo)
  • Salado: Dejando de lado los platos extraños, siempre tomamos pan, mucho pan acompañándolo con queso y embutidos donde queso es o gallego o manchego (el que hace la compra es racista) y embutidos son o embutidos caseros, alguna longaniza especial de nuestro proveedor habitual o jamón ibérico, el rey de los desayunos y de nuestros corazones.
  • Dulce: Si bien ella suele perdonar el dulce salvo que sea muy de su gusto yo necesito cargarme siempre las pilas con azúcares para que la cabeza no me deje tirado. Esto lo soluciono con tostadas en las desde hace algún tiempo hemos sustituído la mantequilla por aceite y que acompañamos cuando tenemos suerte con las deliciosas mermeladas que hace mi padre o, en su defecto, miel conseguida de algún apicultor porque toda la que se vende por ahí es siempre demasiado decepcionante.
De manera, que, en la mesa del desayuno un día cualquiera de podría ser: café, zumo de naranja, pan, jamón, queso, aceite y mermelada de ruibarbo. Me pongo a babear solo de pensarlo… ¿por qué no nos pasaremos el día desayunando?
por iago

El desayuno con receta


el desayuno de Polo: café, tostada salada y huevos revueltos
De pequeño odiaba el café. Ahora no hay nada que me resulte más reconfortante que la primera taza justo después de levantarse. Tampoco nada muy refinado, un simple café por goteo me resulta delicioso porque tengo que reconocer que no soy un gourmet, soy un adicto.

Así que hay muchas otras cosas que pueden variar pero mi desayuno siempre se construye alrededor del café. En casa tenemos una cafetera Dolce Gusto y después de varias pruebas creo que para el desayuno me quedo con un Espresso largo con mucha crema.

Por lo demás soy fan de desayunar salado, especialmente de las tostadas con tomate que suele ser lo que pido cuando desayuno fuera de casa. Aunque últimamente pedir tomate rayado en una cafetería tiene el mismo riesgo que pedir un pincho de tortilla: te pueden dar cualquier cosa desde tomate triturado en la batidora hasta tomate frito de bote. En casa cojo un tomate con buena pinta y lo rayo en el momento mientras se hacen las tostadas y el olor del pan se mezcla con el del café. Ni punto de comparación.

Otra cosa que me resulta muy apetecible para empezar el día son los huevos. Un pincho de tortilla, por ejemplo, me parece un desayuno perfecto para esos días en los que se levanta uno tarde y ya con hambre de verdad. Como ponerme a hacer una tortilla de patatas de buena mañana sería muy poco práctico, cuando desayuno en casa prefiero los huevos revueltos. Además, si los hacéis como Gordon Ramsay (sí, ese) resultan ligeros y sabrosos, perfectos para matar ese hambre de media mañana.
por Javi

El desayuno 'primavera'


Desayuno de Xose: cereales (Wheetabix), miel, zanahoria, café y zumo de limón
Esta primavera (sin razón aparente) se me dió por tomar un poco más de leche en vez de tantos derivados lácteos y tenía un cierto antojo de cereales. Así que plato principal: cereales de salvado de trigo (que deben estar bastante procesados, porque cuando había probado yo el salvado de trigo no sabía ni de lejos tan dulce), leche, y miel (yo curiosamente consumo más miel que azucar - un kilo de azucar me puede durar un año, un kilo de miel, unos 2 meses).

Luego, miel con limón (templado). En principio mucha gente asocia esta combinación a algo medicinal, pero yo lo tomo porque: me gusta, mis padres tienen limoneros así que siempre hay limones en casa y porque lleva miel (como ya dije antes estoy tomando miel continuamente).

Una zanahoria cruda (o dos). A mi me encanta la zanahoria cruda. Y un día se me ocurrió deja una zanahoria lista para tomar con el desayuno, y desde entonces se ha convertido en un clásico de mi desayuno. El año pasado el Ministerio de Sanindad me escogió para una encuesta sobre la dieta de los españoles y estoy seguro que aún se están preguntando que si lo de que yo tomase zanahoria en el desayuno fue un error de la tomadora de datos.

Finalmente un cafecito sólo (pequeño).

En general mis desayunos suelen ir variando (me parece más entretenido ir cambiando): alguna vez tostada (que puede ser con mantequilla, o puede ser con aceite, o puede incluso ser con cualquier otra cosa untable, todo por épocas, y cambiando), otras veces (cuando hay mucha fruta) pues fruta y fruta, otras veces queso, alguna vez hasta me animo a tomar bollería en un bar (cosa de la que luego me arrepiento, porque suele ser terrible). En principio, por economías de escala, pues repito el desayuno al menos una semana entera, pero luego me puede apetecer otra cosa.
por Xose

martes, 4 de octubre de 2011

DisTinto

Dirección: Calle Prado número 2 (bajo del Hotel Room Mate Alicia)
Metro: Antón Martín
Mapa: Google Maps

Hace algún tiempo que en Madrid se están poniendo muy de moda los "gastrobares". La primera vez que escuché la palabra fue cuando abrió El Plató de Pedro Larumbe, y me quedé con la idea de que un "gastrobar" era un bar de diseño donde ir a beberse un gin-tonic y tomarse una tapa firmada por un cocinero conocido. El concepto funcionó bastante bien, y se convirtió en algo masivo cuando en los bajos del NH Paseo del Prado abrió el Estado Puro de Paco Roncero.

Aún aceptando la idea de que a este tipo de sitios se va a descubrir nuevos sabores y no estrictamente a comer, la verdad es que después de visitar el Estado Puro me quedé un poco decepcionado. La carta es variada e imaginativa... de una forma bastante conservadora. Varios platos son versiones de otros cocineros (por ejemplo la "Tortilla Siglo XXI") y en general no me pareció que la carta tuviese nada ni la mitad de sorprendente que los pinchos del Sagartoki en Vitoria, por nombrar un clásico de la tapa. Y es un sitio bastante caro.

Un día, dando un paseo por la Plaza de Santa Ana en Madrid, vimos un nuevo local en los bajos de un hotel bastante "chic" como es el Room Mate Alicia. Decoración modernita, menú a base de tapas y carta de vinos: "pues sí que está pegando esto de los gastrobares". De todas formas, el sitio parecía agradable y tranquilo y teníamos curiosidad por varias tapas del menú, así que entramos.

Como aperitivo nos sirvieron unos chupitos de salmorejo de remolacha con huevas de arenque (es un pincho que está incluido en la carta), con un sabor tal vez demasiado fuerte para nuestro gusto:


y una tostada con espuma de alioli, con una textura muy sugerente y un sabor delicado, muy sorprendente.


A continuación pedimos el totopo de cochinita pibil con guacamole, una receta muy conseguida y muy parecida a la original mexicana:


También nos animamos a pedir la sugerencia del día, los hot dogs DisTintos. Se trataba de unas salchichas con salsa de mostaza y tomate envueltas en un wrap y servidas con patatas fritas. Esta tapa, siendo muy sencilla, me gustó mucho: las salchichas eran de buena calidad y no demasiado grasientas y la salsa tenía un punto picante muy agradable.


También pedimos una tortilla de patata y cebolla que para mí rozaba la perfección. Fijaos en la foto, la parte exterior de la tortilla está cuajada mientras que la parte interior está cremosa pero no líquida. Cada persona tiene su tortilla perfecta, pero a mí me gusta exactamente de esta manera.


En general quedamos muy satisfechos con todas las tapas (salvo tal vez con el gazpacho de remolacha, aunque es verdad que era lo más "arriesgado" que tomamos) ya que tanto la presentación como el sabor eran excelentes.

El precio pasó un poco de los 30€ por un par de cervezas, las tapas que hemos comentado, un trozo de tarta para compartir y un café, que sin ser barato es muy competitivo cuando se compara con otros establecimientos por el estilo. Ah, e incluye un local muy cuidado, un trato agradable y una atención que en todo momento fue excelente, algo que siempre es de agradecer.