lunes, 8 de enero de 2007

El bogavante, lubrigante al horno de mi suegra

















Estas navidades mi suegra nos ha obsequiado con un menu sencillo y delicioso. Y por supuesto nos hemos puesto las botas.
Hemos comenzado con ostras de Belon, las ostras planas 100% bretonas y europeas. Son algo asi como las "Asterix" de la familia de las ostras, ya que desde la prehistoria han sabido resistir a enfermedades e invasiones, con lo que nunca han sido remplazadas por la ostra rizada japonesa.
¡Y vaya si es peleona la Belon! Que me lo digan a mi, que a pesar de mis esfuerzos por seguir el ritmo de mi suegro para abrirlas: el ya llevaba abiertas 30 y se habia tomado 3 chablis cuando yo penaba a terminar de abrir la ultima de mi docena.
A continuacion nos hemos comido medio bogavante breton (por cabeza, se entiende).
Con el bogavante sucede como con la lagosta, de la que ya hemos hablado, el mejor (a falta de uno gallego se entiende) es el breton, luego se aprecia el de escocia u otras latitudes europeas del norte y el canadiense llega en ultimo lugar.
Mi suegra preparo el bogavante al horno como yo prepare el otro dia la lagosta. Lo acompaño con arroz bastami y tomates a la provenzal (cortar los tomates a la mitad, mezclar pan rallado, peregil picado y un poquito de ajo, cubrir con esta mezcla la superficie del tomate, se colocan en una fuente con esta superficie hacia arriba, se rocian con aceite de oliva y se dejan a fuego fuerte 30 minutos en el horno).
Mi suegra tenia 3 bogavanes de poco mas de 1 kilo pieza y decidio dejarlos solo 20 minutos en el horno fuerte y sobre todo no pasarlo al gril para dorarlo. ¡Y tuvo mucha razon! Cierto es que el bogavante tiene la reputacion de ser mas sabroso que la langosta y que la carne del bogavante no cogio color. Pero francamente hoy hubiese metido mi langosta menos tiempo: el bogavante de mi suegra estaba super jugoso.

Otra cosa que hace mi suegra: el bogavante tiene en la cabeza un higado verde. En alguna receta he leido que aconsejaban tirarlo ¡ni se os ocurra! Mi suegra, una vez que ha partido en 2 sus bogavantes (bien vivitos y coleantes por supuesto), mezcla los higados con miga de pan, ajo, peregil y un chorro de aceite. Antes de meterlos en el horno reinstala esta mezcla donde estaba el higado... miam miam.



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