Uno de esos pequeños placeres de andar por Francia es acercarse a una fromagerie y comprarse una buena selección de quesos artesanos. (En el supermercado - los Monoprix se preocupan un poco en la calidad de sus productos, pero ni aún así - no merece la pena, son empresas que trabajan con grandes centros de compras y sólo distribuyen quesos de grandes productores y cadenas).
Los Alpes son mayoría en este plato: un Comté de Franco Condado, de la familia de los Gruyères, con su sabor dulzón y almendrado y su textura sólida. Un Tomme de Savoie, con su sabor fuerte y penetrante, que por momentos parece ahumado (no lo es) y otras hasta te recuerda al tocino (no tiene nada que ver) y en otras un sabor suave y cremoso.
También de Saboya es el Reblochon, que tiene una historia interesante: es el queso hecho a partir de un segundo ordeñado de la vaca. Este segundo ordeñado se hacía porque los granjeros debían entregar la leche a sus señores, y por tanto ellos se tenían que quedar con los restos. Pero, he aquí, que este segundo ordeñado es mucho más graso y el resultado es este queso, tremendamente cremoso (seguramente el que más).
El Cantal es de la zona de Auvernia, y tambien tiene su anécdota, porque las vacas de la raza de Salers son muy especiales: necesitan tener a sus becerros con ellas, o si no dejan de dar leche. (Existe tambien un subtipo de Cantal llamado Salers, y puede que fuese el que tomásemos). Es un queso de sabor fuerte, muy curado, textura granulosa, excelente. Sa leche de las vacas Salers tambien se usa para otro queso, en este caso uno más suave y no hecho para su curado: el Saint-Nectaire. Es el queso más suave y sutil de todos los probados.
Y para terminar, un queso que todos hemos probado y podemos encontrar a doquier, pero sólo conocemos una versión industrial y que no hace justicia a lo que debería ser ese queso: un Brie. Brie es el queso parisino por excelencia (se produce en las afueras de París). Como he comentado al principio, es curioso comprobar lo diferente que es en textura y en sabor (tiene un sabor realmente fuerte) un brie casero comparado con su versión industrial.
Por supuesto, tomar cualquiera de estos quesos, recién sacados de la nevera, es tirar el dinero. Se deben sacar 2 o tres horas antes de su consumo.
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