Nunca me hubiese imaginado que estando en Manchester iba a comer tantas veces comida italiana. Pero dado que mis compañeros de trabajo les gustaba mucho, y que dentro de la comida accesible en la ciudad, los restaurantes italianos eran de lo más interesante, es normal que cenásemos al menos una vez por semana en algún restaurante italiano.
Habitualmente ese restaurante era el Piccolino. Los puntos a favor del Piccolino eran un ambiente muy acogedor (los camareros eran muy amables) y desenfadado, y unos precios no exagerados (al menos concordantes con la calidad del producto). De lo mejor del restaurante, el risotto de zucca (risotto de calabaza y tocino) o los espaguetti carbonara (o sea, sin nata, por mucho que se empeñen en España que la receta lleva nata). Le doy el mérito que tenían una cocina a la vista, lo cual creo que esta bien, da confianza al cliente. Y la última curiosidad, aunque nunca lo hubiésemos pensado resulta que el restaurante pertenece a una cadena (justo de los mismos que el Restaurant Bar & Grill del que he hablado bien).
También de otra cadena era el San Carlo(no hace falta que vayáis a Manchester para poder ir a uno, si no que en Londres también los hay). Mira que soy bastante reacio a la restauración en cadena... pero no puedo decir que me haya decepcionado este restaurante. Es mucho más ruidoso y para nada íntimo, con lo que tiene un ambiente muy, muy latino (con clientela, muy, muy sajona). Y no hay que tener mucho miedo al menú. La pasta en su punto. En mi caso, quedé contento de mis saltimboca.
Y la opción más lujosa (y probablemente más auténtica) tiene un nombre nada previsible: el Stock. Aun con ese nombre es un restaurante italiano. Si se quiere impresionar a alguien, el lugar adecuado: unas salas elegantísimas. Sorprendentemente, el precio no es necesariamente exagerado. Sin pasarse con el vino, el menú podría quedar por debajo de las 40£ (que si bien parece tremendo, en Inglaterra, y para un lujo como este no esta nada mal). Eso sí, si se quiere ser maniroto, fuera de menú, se puede pedir marisco y pescado a precio del día. (La mariscada que vimos en la mesa de al lado era impresionante).
Curiosamente, no fui por una fiorentina (bestial, sólo para apetitos voraces), o unos típicos escalopes, ... Para tal escenario, yo escogí un hígado de ternera al estragón. Me sorprendí a mi mismo: no he tomado nunca hígado que no fuese sacrificado en casa (desconfianza que tiene uno de la ganadería). Pues mereció la pena el riesgo: que tierno y sabroso que estaba. Incluso, me dejó encantado el puré de patatas. (No me gusta el puré de patatas porque se pasan bien con la mantequilla o bien con la leche. Pues este me gustó, así que mejor evitarlo si os gusta el sabor a leche en los purés). Ah, todo esto acompañado por un Montepulciano, que si bien se le veía que era un vino de postín, me confirmó que no me gustan nada los vinos con mucha crianza. Creo que me voy a limitar a los jóvenes.
Bueno, pues 3 opciones de comida italiana para quien se acerque a Manchester. (He dejado fuera al ubiquo Pizza Express, que curiosamente no es nada malo).
2 comentarios:
Ha sido interesante leer estas líneas; al fin y al cabo, estés donde estés, un restaurante italiano te suele "salvar la vida"...
Hola "cannella", no quiero que parezca que solo considero la opción utilitaria de los restaurantes italianos. (Que sí que son muy socorridos).
Yo tengo mucho respeto y aprecio por la cocina italiana. Por la buena cocina italiana. Me encanta ya no platos en especial, si no la manera en la que sabeis apreciar la cocina y el respeto que teneis para la comida.
Tal vez por eso me irrita muchísimo los restaurantes italianos mediocres o malos. Me siento muy defraudado porque en alguna ocasión he comido algo bastante mejor y no llega al nivel. (De hecho, no me suelen gustar muchos de los restaurantes que se dicen italianos en España).
En este caso, los 3 restaurantes que he mencionado me han dejado muy gratamente impresionados. Nunca pensé que pudiese haber restaurantes tan pasables en Inglaterra.
Mi unico pequeño pero es que me gusta variar mucho de restaurante, y me fastidiaba que repitiesemos tanto en algún restaurante (el Piccolino) porque prefiero probar algo nuevo que tomar muchas veces lo mismo. Me pierde la curiosidad de las cosas nuevas.
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