domingo, 5 de noviembre de 2006

No me gustan los cardos



Yo ya pensaba que no había ninguna hortaliza que no me gustase. Cualquier producto del campo me gustaba (incluso no entusiasmándome). Hoy me animé a probar una delicadeza muy típica de los riojanos, navarros y aragoneses (espero que ninguno de ellos se enfade conmigo si me confundo): los cardos.

Pero no ha habido manera. Ha sido comer los 3 primeros para lamentar el haberlos comprado. De hecho he desistido de seguir comiendo los demás. Aunque yo hubiera jurado que se parecerían a las pencas de la acelga, tienen un sabor extraño: sutil pero a mi me parecía desgradable. En cuanto a la textura (lo que le gusta a Ferrá) la tiene, y muy personal. Pero no me gusta.

Bueno, no me importaría estar equivocado en cuanto a mi primera experiencia con el cardo, si alguno se anima, que me recomiende un restaurante en Madrid donde tomar unos buenos cardos. O que me confirme que su sabor es así de peculiar y sólo algunos son capaces de apreciarlo...

3 comentarios:

Marisa Beato dijo...

El sabor se parece ligeramente al de las alcachofas. ¿No te gustan éstas? Otra cosa : ¿cómo los has preparado.
Y por último llego hasta ti desde el Gourmet.

Xose Ramos dijo...

Los intente preparar como me recomendó una amiga riojana: salteados en la sartén. No eran cardos frescos, si no en conserva (pero parecían de una buena marca).

El amargor no me molestaba mucho, lo que me disgustaba más era otro sabor que venía detrás.

No se... a probar otro día... Esta vez intentaré probarlos cocinados por otra persona, para hacerme una idea primero como tienen que saber. Esto de cocinar a ciegas algo que nunca has probado es una idea muy mala...

Anónimo dijo...

Mis padres son aragonoses y los cardos con bechamel con nueces y piñones es el plato típico de Navidad. Nunca los he probado de lata (sacrilegio!) pero frescos y bien hechos (blancos,bien limpios de las hebras y cocidos con una hoja de acelga para quitar amargor) son verdaderamente deliciosos.
Prueba a hacerlos tú misma en casa: Una vez cocidos se añaden bien escurridos a la bechamel y a comer.