Uno se da cuenta claramente que es un local con solera en cuanto entras. No porque el local sea antiguo (restaurantes modernos en localizaciones históricas abundan en París) si no porque excepto tal vez un par de turistas americanos y algúnos jovencitos hipsters, la mayoría de la clientela se le nota habitual (y muy, muy veterana). Tal vez eso sea uno de los principales encantos del Rosebud: porque cócteles se pueden preparar en cualquier lado, pero tener una clientela con poso, sólo lo pueden hacer los clásicos.
¿Los cócteles que tal? Pues dentro de un estilo muy, muy sobrio (y no especialmente barato, 13€) muy bien preparados. En el sentido de las agujas del reloj:
- Daiquiri: ron blanco, zumo de lima y sirope simple
- Harvey Wallbanger: vodka, galliano, zumo de naranja
- Old Fashioned: Jim Bean Rye (punto a favor de Le Rosebud: tiene Rye Wiskey), angostura, azucar y agua (adornado con cerezas y naranja)
Además de cocteles, ofrecían comida. Lo curioso es que ofrecen sobre todo platos de orientación americana. Platos sencillos pero bien hechos. Valen para acompañar a los cócteles.
De nuevo, en el sentido de las agujas del reloj:
- Chili con carne
- Hamburguesa (sin pan, con huevo, ensalada y patatas)
- Como sobremesa: un irish cofee excepcional
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