domingo, 4 de febrero de 2007

Pasta con salsa de tomate, versión Anchoas

Mi forma de cocinar está condicionada por dos aspectos: uno es que no poseo una técnica depurada, de tal modo que mis platos tienden a parecerse muy poco de un día a otro a pesar de convenir en una receta similar; otro es la existencia de ciertos lobbys muy poderosos que me obligan a cocinar pasta con tomate con una frecuencia tan inhumana que ya me he vuelto adicto.

Ambos aspecto se combinan bien rompiendo la posible monotonía de la repetición de un plato; pero también supone un problema para poder explicar cómo hacer alguna de mis recetas de pasta con tomate, pues nunca lo hago igual. Para empezar a explicarme, he acudido a una de las recetas que más constante se mantiene, pero si intentan llevar esta receta a cabo, cárgenla de ilusión e improvisación para que quede realmente buena.


La receta que les cuento ahora, no sé si tendrá un versión «oficial» con un nombre y una historia. Yo se la cuento, tal como se me ocurrió un día que teníamos una lata enorme de anchoas en casa y estuve diseñando diferentes platos en los que usarlas.

Ingredientes:


  • Pasta fresca larga, mi preferencia, unos «tagliatelle». A día de hoy, es un producto fácil de encontrar en cualquier supermercado a un precio asequible. Si la sustituyen por pasta seca, es cosa suya, pero les aseguro que yo, esta salsa, la aplico exclusivamente a la pasta fresca.

  • Tomator, o, en su defecto, puré de tomate de cualquier marca blanca. Para dos raciones, yo le echo 2/3 de la lata de 410g. Uso puré de tomate porque el objetivo es que la salsa sea fina y pinte la pasta, ya que el sabor es fuerte.

  • Una lata pequeña de anchoas (sobre 50gr) Mejor que no sean de esas anchoas que es pecado no comer con un trozo de pan y queso de tetilla, pero tampoco unas muy baratas. Yo suelo apostar, si no conozco la marca, por las que, al menos, lleven aceite de girasol en vez de vegetal y se mantengan entre 1'5 y 2 Euros.

  • Cebolla

  • Aceitunas Negras

  • Media copita de vino blanco. Vale uno de mesa, pero si tienes algo más interesante abierto (o por abrir) puede mejorar la cosa.

  • Un chorrito de aceite de oliva

  • Un puñadito de sal

  • Alguna especia si apetece.
  • Yo suelo jugar con un poquillo de albahaca u orégano y una pizca de hierbabuena según me encuentre ese día, me acuerde, o me apetezca matizar la cosa. A riesgo del cocinero, pero con moderación.


Preparación:

La preparación es sencilla. Cortamos la cebolla en tiras suficientemente grades como para que tengan presencia en el plato, creo que sería a la juliana, y la echamos a freír. Cuando empiece a cerrarse, y antes de que cojan color, añadimos las anchoas. No hace falta cortarlas si no son muy malas, porque se irán deshaciendo solas; la rapidez con la que lo harán, dependerá de su calidad.

Mientras se empieza a dorar la cebolla y se van deshaciendo las anchoas, vigilamos que el agua está calentándose. No la saléis mucho, mejor que la pasta esté un poco sosa.

Cortamos las aceitunas negras. Yo suelo usar aceitunas deshuesadas y cortarlas en 3.

Cuando la cebolla empiece a dorarse de forma generalizada, de tal modo que empieza a soltar un dulzor que ha de suavizar el tomate, añadimos un cuarto de la copa de vino. Esperamos un par de minutos a que se evapore y añadimos el puré de tomate con el resto del vino. El otro cuarto de la copa de vino yo lo uso para aprovechar el tomate que no quiere salir de la lata.

En cuanto empiece a hervir el tomate bajamos el fuego, y si estamos por la labor de añadir alguna especia, es el momento.

El agua de la pasta, debería estar preparada. Cocemos la pasta tal como indique la bolsa si no tenemos ya vuestra maña y manera de hacerlo.

En los 7-10 minutos que se tarda en preparar la pasta, escurrirla y servirla en platos, la salsa tendría que estar. Antes de servirla, es bueno removerla bien comprobando que siga un poco líquida; de haberse espesado demasiado, una buena solución es añadir un poco más de vino y ponerla a fuego fuerte removiéndola constantemente un minutillo, el tiempo suficiente para que no se nos estropee la pasta y evapore el alcohol (que podría ocultar el sabor de la anchoa). Es importante que la salsa esté líquida porque el sabor de las anchoas es fuerte, y lo interesante es que impregne la pasta sin sorprendernos mientras comemos.


Espero que lo disfruten tanto como yo :)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

pues la verdad es q tiene pinta de estar muy seca, es decir poco "condita", pues los tagliatelle al huevo o bien han absorbido el sugo, o bien es escaso: para mi esta pasta deberia ser 1) de semola de trigo duro 00, sin huevo!corta, mejor tipo penne, 2) ajo, por cebolla, y aceite de oliva bueno, en "generosa dosis", 3) algo de guindilla 4) tomate fresco y bien maduro si posible,4)perejil muy picado, o albahaca!saludos a todos! unoperuno@yahoo.com

Anónimo dijo...

¿Seca? Siento no haber hecho la foto antes de comérmela, pero no se me ocurrió antes de pensar con el estómago lleno: "Joder, qué bueno está esto" y por eso la foto, como digo, es después de comerla.

Podrías hacerla como te plazca, pero sería otra receta, no esta. Y la verdad, tus ideas, no son muy para allá; además de que ya comento algunas, ¿has leído la receta o sólo has visto la foto? Te comento:

Con trigo duro, la salsa de anchoas es demasiado fuerte y te cansas a los dos bocados.

Con ajo, cargas demasiado el sabor. Anchoa+ajo no me parece acertado, la cebolla es dulce, contraria a la anchoa, por eso la uso.

Aceite de oliva, en su justa medida, no es cuestión de comer pasta con aceite, sino usarlo para cocinar.

Picante en este plato, es cuestión de gusto, pero entre las 20 maneras que le preparo pasta con tomate a la familia 15 son picantes; esta no tiene porqué serla. Para darle picante, no usaría guindilla, cuyo picor eliminaría el sabor de anchoa, que se da en la boca. Ají rocoto sería mejor opción porque deja el picante en el paladar y es ligerito.

Tomate fresco; a no ser de que lo peles y despepites tú en casa, no conseguirás una salsa igual de líquida que con puré de tomate. Otra receta si quieres, pero no será lo mismo que esta.

Vamos, que puedes intentar hacerlo a tu modo, pero no tendrá nada que ver, es decir, es otra cosa que no tiene que ver con este plato. Yo hago pasta con tomate entre cosa de 3 veces por semana ya que en casa son fanáticos, siempre echas lo mismo, sino te curras los matices, yo me aburro.