Parte primera de la visita a Rungis (la visita la hicimos de una vez, pero vamos a dividir las fotos para no saturar mucho según el pabellón correspondiente). En Rungis mantuvieron, aunque de manera más moderna y amplia la tradición de tener diferentes pabellones para cada producto.
Este es el pabellón del pescado. París, no es especialmente amante del pescado, aún así se va a poder ver en las fotos bastante variedad de pescados (y más que habría si hubiese sacado fotos suficientes).
La imagen general del pabellón es esta que se ve. Como es um mercado mayoista, casi todo son cajas de poliuretano preparadas para que los intermediarios se lleven (a otros mercados, a sus pescaderías o a restaurantes). Tambien se ve en las fotos las cajas de cartón para las ostras - los parisinos si consumen muchísimas ostras - y las vieiras.
Para los gallegos os llamará la atención que aquí se vendan las vieiras frescas (parece que no existe ninguna ley que las obligue a vender desvisceradas, o eso, o en los mercados mayoristas sí que se puede).
Los lotes de ostras siempre llevaban sus limones y un peregil que se usa en las pescaderías para mostrar el producto.
Cigalitas.
Calamares.
Los intermediarios escogiendo el producto.
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