Cada vez más pienso que hacer un plato único e irrepetible es que sea sencillo (con pocos ingredientes), pero muy definido.
Las cemitas son una de esas ideas sencillas y super identificables. La idea es muy simple:
- Una cemita (el pan es lo que da el nombre a la torta)
- Una carne (normalmente milanesa)
- Quesillo (lo que se llama queso oaxaca muchas veces) deshebrado, pero crudo
- Mucho aguacate
- Pápalo
- Chipotle (o rajas)
En principio muchos ingredientes de estos no son tan especiales, porque casi todas las tortas en México tienen muchos de estos ingredientes. Pero es diferente. No tiene frijol, que es un clásico en otras tortas. El quesillo, que en muchas tortas va fundido, aquí va fresco. El aguacate es mucho más abudante en otras tortas. Y sobre todo está el sabor intenso del pápalo (es tan intenso que mucha gente no quiere el pápalo en sus cemitas: pero los puristas dicen, que si no lo lleva, no es una cemita). Pero sobre todo está el pan. El pan de las cemitas es diferente a casi todos los otros panes de México.
Las cemitas son una de mis tortas favoritas en México. De momento solo las he podido tomar 5 veces en estos 3 años que llevo en México. Y aunque las haya tomado tantas veces es uno de los sabores que más recuerdo (el pápalo ayuda mucho, se queda horas y horas).
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