viernes, 2 de mayo de 2014

Jin Xin Lou (Paris): ¡visitado al fin!

Hace unos meses os comenté el caso curioso del restaurante chino/francés Jix Xin Lou/Jin Xin Lou. No voy a repetir la historia, si pinchais en el enlace podeis tener un poco más de información.

El resumen es:
Joven cocinero chino/francés, despues de trabajar con Pierre Gangaire (11 estrellas Michelín) vuelve a preparar platos de cocina moderna en el self-service* de comida china de sus padres.
* No es exactamente un self service, pero es el concepto español que máis se acerca al traiteur chinois parisino.

Al cabo de muchos meses he vuelto de visita a París y tenía mucha curiosidad en probar el sitio. (En realidad estuve tambien en París estas Navidades, pero el restaurante estaba cerrado). Tenía un poco de inquietud, porque 6 meses es mucho tiempo en la hostelería de París, y bien podría haber ido a otro restaurante o bien podrían haber cambiado de sitio. Pero seguía allí, y de hecho ahora anuncian en el exterior de manera muy clara el menú "francés", con fotos y todo.





Misión:
Verificar que tal está el menú (muy asequible, 27€) con un degustador de paladar puro y opiniones sinceras: mi sobrino de 8 años. (La primera vez que acude a un restaurante de estos de cocina moderna).
Unas cuantas notas ahora:
  • Reservamos (+33 1 53 80 27 89) al mediodía (tambien ofrecen cenas, pero a horario Francés, cierran a las 22:00). No estaba lleno el restaurante, pero creo que es obligatorio reservar para el menú francés. Y si no es obligatorio siempre es un buen detalle avisar.
  • Es enternecedor lo contento que están los padres de su hijo. Se sienten muy orgullosos de su hijo, y les encanta que pidas el menú de su hijo. En un francés tan macarronico como el mío, me explicó un poco donde había trabajado su hijo, y que ahora estaban contentos que .... "il cuisine ici". 
  • Se comparte comedor con los clientes del restaurante chino, es todo muy sencillo, pero agradable. Te presentan las opciones del menú a escoger, que son 3 primeros, 3 segundos y 3 postres. Tienen una carta de vinos corta pero resultona. Tienes la opción de 2 platos ( primero + segundo o segundo + postre ) a 19€ y otra de 3 platos a 27€. Yo fui por la de 3 platos y mi sobrino, por la de segundo y postre. Pedí el vino de la casa (nada grandioso, tenía que haberme animado a pedir alguno que tenían en copas que sí que prometían). 
  • Una vez allí comprobamos que en general, los franceses y los vecinos del barrio no se interesan mucho por la cocina de Guilly si no que la mayor parte de los comensales toman la comida china (muy barata, por cierto, y no tiene mala pinta). Han pasado ya muchos meses y solo hay referencias en inglés (o en español) sobre este restaurante en internet. Nigún blogero francés o periodico parece haberle dado importancia. De hecho, los otros comensales que como nosotros estaban tomando el menú francés eran holandeses o alemanes (no les oía muy bien). 
  • El chef (su nombre es Gilly) es sorprendentemente jovencito (bueno a lo mejor aparenta más joven de la edad que es), y tremendamente simpático. Vino a saludarnos y preguntarnos por la comida, y nos preparó más patatas fritas porque le habían gustado mucho a mi sobri.    
 Eh, que os estais preguntando ... ¿que tal ese menú? Venga. El menú y la valoración de mi sobrino.

 Crujiente de gambas con ensalada y crema de mango.  Bastante mediocre. Lo peor del menú. La crema de mango estaba bien, pero las gambas no eran gran cosa.

 Mi sobrino escogió bien su segundo: superma de pintada (gallina de Guinea, muy común en Francia) adornada con patatas paja. Despues me admitió, no sabía que era la pintada, no sabía que era carne de ave. Tuvo suerte porque resultó ser algo que le gusta mucho, y que tenía patatas fritas (la alegría de cualquier niño).

 A mi me tocó un faux-filet con verduras. Muy buena la carne y la verduritas. Todo en su punto.

Los postres si que fueron sin duda alguna espectaculares:
 Piña natural en almibar de citricos con sorbete de limón.
Crumble de pera y manzana con caramelo salado y helado de vainilla.

La opinión de mi sobrino:
Le encantó su plato de pintada y sobre todo las figuras que hizo el cocinero con patatas paja. Pero sobre todo le entusiasmó el postre, de hecho se tomó el suyo entero (la piña) y parte del mío (crumble). El otro día estuve hablando con el por teléfono y lo primero que me dijo: "Cuando vengas tenemos que volver a ir al restaurante de cocina francesa".  (El quedó encantado, como se puede ver)

Mi opinión:
El menú comenzó muy flojo, el primero no es nada del otro mundo, típico que puedes encontrarte en casi cualquier sitio. Los segundos ya fueron mejorando. Bien preparados, con buena materia prima. Y finalmente en el postre fue donde no hay discusión posible: excelente. A nivel de los mejores postres que haya probado (y he estado en algunos restaurantes bastante prestigiosos y con muy buen nivel de postres). El de piña era una combinación muy sutil de sabores naturales. El almibar de citricos, algo realmente bueno. Y el sorbete de limón, buenísimo. El crumble jugaba ya con sabores intensos: el caramelo salado, galleta especiada, la pera y manzana asados... Excelente.
Veredicto:
Como he admitido tuvo algún plato bastante mediocre, pero la mano que tiene en los postres demuestra que es un buen cocinero, lo que anima a visitarlo. Hay el riesgo de que no todos los platos son igual de buenos, y puedes fallar en alguno... Pero no hay queja alguna en relación calidad-precio. Hay pocos menús de este precio en París y aparte del precio, Gilly tiene buenas ideas sobre cocina y con el tiempo creo que se asentará. 

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