Pudimos ver que lo de Plaka y Monasteriki, si bien sigue estando lleno de restaurantes y cafés, se va quedando cada vez más para los turistas. Los griegos se mueven un poco más allá...
Ahora esta de moda Psyri, a 4 pasos de Monasteriki, pero ya con un ambiente "más local". Y mucho más hipster... pero de precios algo más económicos (de todas formas siendo tan hipster como es, no os espereis algo rebajadísimo).
Tambien descubrimos que Atenas es tan grande, que hay una vida callejera enorme en los suburbios. Por ejemplo, en Chalandri, al norte (al lado de donde se hicieron las Olimpiadas en el 2004) hay multitud de bares, restaurantes y cafés... como los del centro, pero con la ventaja de que los precios son más bajos y la clientela más auténtica.
Tambien tuvimos la opción de tomar un soublaki en el local perdido en medio del barrio, donde un señor malencarado asaba con gran pericia unas brochetas. Y con el que me entendí gracias a gestos, y tres o cuatro palabras en inglés. (Menos mal que pedir comida no requiere demasiadas palabras).
Pude desayunar halva (que no le digais nada a los griegos, pero siempre me hace pensar que Grecia es un pequeño enclave de oriente próximo en Europa):
Comer tomates y pimientos rellenos en la cantina de las oficinas:
Descubrir que los griegos tambien tienen unos snacks que parecen pretzels, pero que no son pretzels porque ni tienen la forma, ni tienen el sabor salado, ni están duros, si no son más bien blandos. ¿Entonces porque digo que parecen pretzels?
Tambien pude hacer una pequeña cata comparativa de los destilados más populares de Grecia:
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